El primer semestre pasó volando. Los alumnos de cuarto año cambian a diario, adquiriendo nuevas perspectivas sobre el funcionamiento del mundo. Aprenden a ser constructivos al participar en debates abiertos. Analizan críticamente su propio trabajo y el de sus compañeros, de manera respetuosa y constructiva, siempre procurando no ser duros, sino apoyarse mutuamente. Ha sido maravilloso presenciar este proceso, a medida que continúan madurando hasta convertirse en los jóvenes adultos que todos deseamos. He intentado inculcarles una ética de responsabilidad personal en su educación, que requiere menos dependencia de sus padres y profesores, y que se basa en un interés genuino por su propio desarrollo.

Contamos con líderes para cada área de nuestra aula: desde un bibliotecario para los libros de Raz, un responsable de la cafetería para garantizar una nutrición adecuada y minimizar el desperdicio, hasta líderes en el aula, asignados a equipos de Matemáticas, Ciencias e Inglés. Estos líderes comparten la responsabilidad de asegurar que todos los estudiantes sigan el ritmo de la lección, incluso después de que suene la campana. Algunos estudiantes son tímidos por naturaleza y no se expresan con tanta fluidez como otros frente a toda la clase. Esta dinámica de equipo les permite expresarse con mucha más comodidad ante sus compañeros, gracias a un enfoque menos formal.

La sinergia de contenidos ha sido mi principal enfoque durante el primer semestre y el inicio del segundo. Busco una manera de que comprendan las interrelaciones entre las distintas asignaturas, para que encuentren sentido a todo lo que hacen. Incluyo retos de cultura general que vinculan la nutrición con el cuerpo humano en ciencias. En la asignatura de Desarrollo Personal, Social y Emocional (DPSE), exploro las diferentes comidas e idiomas de diversos pueblos del mundo. Realizo evaluaciones de ortografía y ejercicios de dictado que especifican los estilos de vida de niños de diferentes países, como Kenia, Inglaterra, Argentina y Japón, con actividades relacionadas con la lectura, la escritura, la expresión oral y la comprensión auditiva, para potenciar sus fortalezas y superar sus debilidades. Semana tras semana, desarrollan las habilidades necesarias para progresar en su vida escolar, así como en los caminos que emprenderán mucho después de graduarse. Es un gran honor poder cubrir cualquier laguna en su formación, brindándoles la información práctica necesaria para guiarlos a ser mejores personas, además de estudiantes académicamente brillantes.